Fragmentos de mi memoria

bird-feeder-2344414_1280-thegem-blog-default

Recuerdo una noche, tan normal como cualquier otra. Venía saliendo de la ducha. Esas noches en las que la tranquilidad no solo se siente, sino que se huele, y preguntarán: ¿a qué huele la tranquilidad? Creo que esa respuesta ya la tienes, pues huele distinto para cada persona. La tranquilidad huele al momento de paz en el que te encuentras, podría oler a mar, podría oler a arena. Para mí olía a hojas, olía a palmeras, al árbol de almendras al lado de mi casa. Ese momento olía a hojas mojadas, así que salí al patio a contemplar el cielo: la luna estaba en su máximo esplendor, la luz de las estrellas quemándose a millones de años la acompañaban. Cerré los ojos y ahí estaba yo con el todo, formando parte de él, sintiendo esa conexión, ahí estaba yo vibrando con el mundo, lo hacía constantemente.  

Recuerdo que, en ese momento, yo tenía toda la tranquilidad del mundo, no con alguien, no por alguien, solo por mí, solo conmigo y con el todo.

Sé que me falta aún mucho por descubrir acerca de la existencia, pero en ese momento nada más importaba. ¿Por qué comprender si puedes sentir? Quizá solo eso importa, sentir, disfrutar hasta el momento más simple de la vida… incluyendo mi muerte…

29

Dejar un comentario

X