
Si estuvieras aquí, estoy segura de que estaría preparándote un té caliente o leyéndote algún poema. Pero no estás. Comenzó a llover. Creo que estas temporadas me ponen triste. Podría seguir escribiendo cartas o admirando tu rostro por horas sin cansarme, porque me gusta imaginar un futuro a tu lado. Uno en el que somos felices.
Hoy pensé mucho en nosotros. Siento que el tiempo aquí pasa más lento. Tengo ganas de buscarte, de besarte, de ver esos ojos llenos de amor. He pasado la mitad del día llorando y la otra mitad tratando de entender todo. No puedo. Simplemente no quiero. Igual te espero, pues, quizás en otro mundo estemos bien e incluso podamos tener un hijo. Pero no aquí.
Quiero sentir lo bueno en este mundo. Quiero que estés, que me ames irremediablemente y que no nos importe lo demás. Necesito que me escribas de vez en cuando una carta. Háblame de tu día, dime que me extrañas, cuéntame si, igual que yo, esto es lo que esperas de nosotros. Sal y diviértete. Llámame de vez en cuando para que no olvide la voz tan bella que tienes. En las cartas que escribas cuéntame de filosofía, de derecho o si la vida te abruma. Hazme sentir mal por no poder estar ahí para abrazarte.
¿Nos volveremos a encontrar? Ha pasado un año. Un año en el que no he sabido nada de ti. Mi corazón espera y mis lágrimas caen una tras otra. No sé qué hacer para que paren. Me pregunto cada día si aún me recuerdas. Sufro por la incertidumbre que me causa todo lo que tiene que ver contigo. ¿La vida te aqueja? ¿Has comido bien? No has llorado, ¿cierto? No soportaría saber eso.
El frío me pone triste y no estás aquí para abrazarme. He leído muchos libros y en todos y cada uno de ellos hay algo de ti. Estás en todo. Quisiera que no, pero hay algo que hace que tus ideas, tu voz y tus pensamientos me acompañen incluso en los momentos más absurdos.
No he escrito porque no pienso nada. Quisiera dormir. A veces creo que vivo solo porque mi cuerpo recuerda respirar. He tratado de hacer lo mejor posible: he comido y he reído. La ilusión de que algún día me mires de nuevo me mantiene andando. Necesito que aparezcas porque ahora pienso que tal vez fuiste un sueño. Que nunca exististe.