Escribir no me permite decir todo lo que vive mi piel a su lado, o lo que soy capaz de expresar tras el contacto de ese abrazo que borra mis penas y me arropa con tanta dulzura que me provoca querer vivir intensamente. Confieso que es mayor el impacto en mi interior cuando me mira que cuando me toca, pues una mirada suya hace que sienta a mi corazón descarapelarse. Aún no descubro como verlo sin sentir, y no sé qué hacer para que las cosas que me rodean no me traigan su imagen.
Escribo sobre y para usted, mientras intento ocultar el mar de sentimientos que me provoca y que nunca podré recitar ante su cuerpo, pues diluye mi estabilidad ante su mínima aparición, inclusive ante su mínima mención.
No dejo de pensar en su perfecta compañía y en lo poético de su existir. Solo deseo que me hable de usted, pues, cuando hablamos, experimento una gran felicidad y ternura que me llenan de pies a cabeza. Gusto tanto de pasar siquiera algunos segundos con usted, que me apena. Creo que es claro que siempre le estoy queriendo con el alma; me sale humo de solo invocar su silueta, que tiene la bonita capacidad de ser ese sublime y hermoso pensamiento que se adueña de mis versos. Siento que quizá ahora es el momento perfecto de mi vida.
Benditos sean sus ojos a los que podría ver días enteros sin necesidad de decir alguna palabra. Usted me abraza e ignora la profundidad de lo que provoca. Es un poema silencioso lleno de ternura y paz; mi encanto con su ser resulta tan complejo de lo simple que es. Saber que usted está me transmite una serenidad única, que ilumina la eternidad que recorre mi corazón cuando llega el momento de la despedida.
Solo pido conservar estos recuerdos, porque sin ellos las emociones de hoy no son más que la piel muerta de las de ayer. No tengo manera de fundamentar cómo es que, conociendo a tantas personas, sea usted quien se roba mi atención, en mi mente su presencia es constante y su plática resuena en mi interior; sin dudar, puedo decirle que es un bello recuerdo que me hace sentir nerviosa, emocionada, afortunada… Me hace sentir llena de vida.
Cuando mis ojos lo persiguen, la realidad y la fantasía son una misma cosa. Me declaro un alma desnuda con un corazón que demanda le arranquen las dudas y le endulcen con un poco de usted. Permítame seguir descubriendo y adorando cada detalle suyo.
Gracias por no parecerse a nadie.
¡Por favor, recuérdeme! Recuerde que pienso y vuelvo a pensar en esa escandalosa existencia suya.