Bájate un libro

08 Ago: Soundtrack

Canciones que cuentan tu historia

sin saberlo.

No importa quién ni dónde,

pero alguien las escribió

pensando justo lo que sientes

al conducir por la carretera a medianoche,

y besar sin aviso a una chica

y acariciarla debajo de la falda.

Como si pudieras cantarlas.

Como si no las escucharas

en los microbuses,

entre motores que aceleran

y neumáticos marcando el pavimento,

como si no fueran tan sólo

algunas notas

del himno de tus huesos

08 Ago: Luces

El identificador de llamadas muestra tu nombre.

En la ventana, un hormiguero de gente

construye el segundo piso del periférico.

 

Algún día, su lugar será ocupado

por autos con las luces encendidas

y los motores en marcha.

 

Igual que el teléfono, dejarán de sonar.

08 Ago: La rana que quería ser una rana auténtica

Había una vez una Rana que quería ser una Rana auténtica, y todos los días se esforzaba en ello. Al principio se compró un espejo en el que se miraba largamente buscando su ansiada autenticidad. Unas veces parecía encontrarla y otras no, según el humor de ese día o de la hora, hasta que se cansó de esto y guardó el espejo en un baúl. Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la opinión de la gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando no le quedaba otro recurso) para saber si los demás la aprobaban y reconocían que era una Rana auténtica. Un día observó que lo que más admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus piernas, de manera que se dedicó a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y sentía que todos la aplaudían. Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que la consideraran una Rana auténtica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros se las comían, y ella todavía alcanzaba a oír con amargura cuando decían que qué buena Rana, que parecía Pollo.

01 Ago: Manual de guerrilla, Táctica para terminar un noviazgo

Como la música, terminar una relación es un arte para el que hay personas virtuosas y otras sin el menor rastro de talento.

La mayoría de nosotros solo sabemos hacerlo de manera torpe, lastimosa y terriblemente lenta.

La mayor omisión de los planes educativos desde el kinder hasta el posgrado es que nadie nos enseña a sufrir ni a ser felices. Es lógico que seamos tan incompetentes para un rompimiento.

Esta guía no es un analgésico espiritual, usted seguirá sufriendo. Nuestro consejo es que recorra las siguientes páginas como un aficionado hojea una recopilación de tablaturas “Guitarra fácil” y quizá con tiempo, práctica y un poco de suerte, logre uno o dos rompimientos que pueda contar en las fiestas sin sentir vergüenza. Recuerde que la idea no es perfeccionar todas las técnicas, sino volverse competente al menos en una.

En dos casos es seguro que usted no necesita esta guía:

  1. Su pareja solo siente desprecio y odio hacia usted (o viceversa).

  2. Usted no es un cobarde.

01 Ago: La tristeza

(…) La tristeza invade de nuevo, más dura, más cruel, su fatigado corazón. Observa a la multitud que pasa por la calle, buscando entre los miles de transeúntes alguien que quiera escucharlo. Pero la gente parece tener prisa y pasa sin fijarse en él.

Su tristeza a cada momento es más intensa. Enorme, infinita, si pudiera salir de su pecho inundaría el mundo entero.