reconozco en el espejo la mirada
de esa niña que fui alguna vez
le hablo
trato de convencerla de que en unos años
se perforará y expandirá las orejas,
se mentirá que puede cambiar el mundo:
estudiará antropología,
se dará cuenta de que el mundo se quiere ir a la mierda:
estudiará literatura.
creerá las pendejadas de los poemas que lee
y un domingo, a las seis de la tarde,
comiendo una ensalada y un té para bajar diez kilos
en el café de la esquina,
reescribirá un poemario escuchando rock ochentero.
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