Nazco y expulso un rayo
por mi espalda;
el corazón vomita lava.
El capullo se derrite y soy libre.
Crezco sin alas de trueno
ni colores de fuego;
la sangre es agua helada.
Soy libre de mi prisión solitaria.
Maduro sola con el viento
de mi natal tierra;
el cuerpo forma rocas.
Mi prisión solitaria en movimiento.
Muero en la montaña
antes de derrumbarme;
la esencia se evapora
en el movimiento y el silencio.
Renazco entre mis raíces y
vuelvo a encontrarme;
los bosques me transforman.
El silencio envuelve las crisálidas eternas.
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