
Diecisiete años, seis meses, cuatro días y ocho horas duró tu vida.
«Porque aunque vaya en contra de la lógica convencional: me encanta la vida, pero no estar vivo. Y permanecer aquí fortalece la desdicha.
Mas nunca duden que fui feliz cuando tenía que serlo.
En los buenos tiempos».
Así te despediste. Treinta y siete palabras bastaron para expresar tu quebranto emocional. Pero en cada lectura renace el sonido de tu risa. Cuando, en los buenos tiempos, te encantaba la vida y estar vivo. Cuando no existía desdicha. Cuando tenías que ser feliz y lo eras.
En los buenos tiempos.
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