Tiempo extra

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Llevas aquí mucho tiempo. ¿Exactamente cuánto? No sabría decirte. Es oscuro, húmedo, pero a la vez es cálido, agradable. El lugar no tiene un nombre, tú tampoco, ni siquiera las cosas lo tienen. ¿Qué es eso? Una luz, es hermosa, aunque realmente molesta para tu vista. Decides cerrar tus ojos, la luz hace que ardan. Sientes unas manos sobre tus hombros, son delicadas.

Escuchas una voz, a pesar de que te grita es dulce.

—¡Hey, oye! Por fin te encuentro, escucha, no tenemos mucho tiempo…

¿Qué está pasando? Quieres preguntar, pero parece que no puedes, solo escucharás. Te toma la mano para guiarte por la luz.

—Tranquilo, te dejarán de doler en unos segundos… Ábrelos.

Entiendes lo que quiere decir, abres poco a poco tus ojos, ya no te molestan. Tratas de enfocar la vista para ver a una mujer, tiene un vestido blanco hasta los tobillos, el cabello castaño despeinado, los ojos azules. Detrás de ella, una niña, tiene el mismo vestido blanco, pelo negro lacio suelto y ojos café oscuro. Esta última te recuerda a alguien. ¿Qué clase de sueño extraño es éste? ¿Dónde estoy? ¿Quiénes son ellas?, piensas.

—No es un sueño —dice la pequeña—. También hubiera pensado eso, sobre las otras dos preguntas… —Mira a la mayor, ella hace una seña de silencio, la niña comprende y se esconde detrás de la de ojos azules.

—Eres alguien especial —retoma la castaña—. Sofía, puedes comenzar.

La pequeña comenzó a contarte su historia mientras la luz bajaba su intensidad, las lágrimas caen, su relato te está conmoviendo. ¿Cómo alguien tan joven pudo haber pasado por algo así, por tanto? te preguntas. Voces ajenas suenan, no las conoces. La tristeza y el  miedo te invaden, quieres llorar, no puedes, intentas gritar, no sale nada de tu boca. La oscuridad retoma su lugar, regresas a ese sitio, esta vez está más apretado e intentas salir, pateas, golpeas, te mueves, te retuerces.

 

—Según lo relatado, ¿es todo lo que recuerdas? —vuelvo a preguntar.

—Sí, doctor.

—Bien, ¿podrías salir un momento de mi oficina?

—¿Qué tiene mi hijo?

—Señora —justamente lo que me temía, pienso—, antes de nacer tuvo lo que llamamos “tiempo extra”. Él recuerda su vida pasada.

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