365 días catorce

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Hace tiempo que me cuestiono el amor… ¿Es ese es el nombre de lo que siento cuando pienso en ti? Toda mi vida lo había conocido como una reacción química que ocurre en el cerebro. Sin embargo, ¿por qué aquello que debería estar en el hipotálamo lo siento ahora en mi débil corazón? ¿Por qué tengo esta extraña sensación en mi pecho y estómago? ¿Por qué me congelo al momento en que nuestras miradas torpemente se cruzan? ¿Por qué me esmero en comprender estas sensaciones si no encuentro palabras para explicarlas?

Supongo que, en algún momento, mi cuerpo actuará antes de que mi cerebro pueda pensar en ello; lanzarme a tus brazos y permitir que el silencio se robe el tiempo que nuestros inexpertos corazones han perdido. Quiero estar más cerca de ti, pero tan torpes son tus pasos y tan obstinados los míos… a este ritmo, febrero jamás terminará; habré de soportar otros 320 días catorce de este interminable mes que se lleva toda mi cordura. Torpe, torpe… ¿Cómo es posible que tan fácilmente pueda comprender ecuaciones matemáticas de tercer grado y recitar fórmulas al derecho y al revés cuando no puedo entender este pequeño gran sentimiento? ¡¿Por qué demonios el amor no tiene lógica?! Y aún más importante… ¿Por qué ninguno puede comenzar esta conversación?

Todos lo saben, tus amigos y los míos se han vuelto cómplices de nuestro “secreto”. Yo lo sé y tú sabes que lo sé; dos mundos enteros están enterados y ninguno está dispuesto a unirlos. A la espera de ver quién da el primer paso seguro, la falta de práctica se asegura de que tropecemos con nuestras propias palabras. Hoy es 14, ayer fue 14 y mañana será 14 también si seguimos atascados en este ir y venir de palomas mensajeras. ¿Podrías tomar un momento para parar el tiempo como lo haces con esos bellos ojos que tienes? Detenlo y llévame a ver las estrellas en el oscuro cielo de tus pupilas; detenlo y muéstrame las suaves nubes en la calidez de tus brazos; detenlo y explícame la hermosura de las flores en el dulce aroma de tu piel; detenlo y preséntame al amor del que tanto he huido… permite que mis labios conozcan los tuyos. Porque si se trata de catorces, una vida de días 14 pasaré contigo.

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