En un mundo donde todo es cíclico, día tras día, caí atrapada en la rutina. Mi escape fue a través de tus ojos; de una manera mística, me contaron lo que se hace en tu mundo. Tus ojos son los luminares más hermosos que jamás he visto, intensos y dulces. Aquel lejano lugar donde vives no figuraba en mi horizonte, no puedo verte, no puedo tocarte, no puedo escucharte, pero te conozco y me conoces, mis ojos también son los tuyos, yo habito una lejana tierra y tú rara vez has escuchado hablar de ella.
Somos seres independientes y al mismo tiempo somos uno. Tu sueño es mi día y mi día tu sueño. Los sueños son el lugar para un encuentro perfecto, no hay tiempo que pase, ni fronteras que nos aparten. Te imaginas qué sería de nosotros si tu día fuera mi día y tu noche la mía.
Tu lengua incomprensible para mí emite sonidos ajenos, yo sé que los sonidos que mi voz emite también te son desconocidos. Por ahora no es relevante, lo importante es que ambos encontramos un código, no muy complejo, para dar sentido a nuestros pensamientos. Un mensaje fugaz del que quedó el recuerdo y un vacío de alguien que no quería dejarte ir; luego apareció la duda de no saber si realmente sucedió.
Llegó el temido momento en el que cedí ante la sensatez de mi mente. Tu recuerdo comenzó a hacerse borroso en mi memoria. Esperé con ansias, me esforcé por mantener un hilo de esperanza de un nuevo mensaje, una nueva imagen de tu mundo, un nuevo encuentro en sueños, pero no pasó. Se terminó. Muy pocas veces cruzamos pensamientos con alguien que te agrada tanto que te sientes encantada por la afinidad y nada tiene que ver con cómo se ve o cómo se escucha. No quería que acabara, me quedé con un hueco y no sé si fue en el pecho, en el corazón, en el estómago o en la mente.
¿Volveré a emitir señal? ¿Volverás a emitir señal? ¿Este antiguo y práctico código será el que nos vuelva a unir?
El tiempo pasa y tu recuerdo se hace borroso en mi pensamiento. Hay historias que deben terminar para tomar nuevos caminos. ¿No te sientes feliz, ahora que ha pasado tanto tiempo? Cuando pienso en ti sonrío dulcemente, pero sin anhelo de aquellos días color rosa.
—Are memories turned into fiction any less real?
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