Monocromo. Fue en ese encuentro sin color, en blanco y negro, cuando compartí el dolor que llevo en mi ser. Ese dolor me sigue, es hondo; la cicatriz de un triste otoño me enreda en tu red. He de caer en ella, sin querer.
Como un cubo de hielo derretido entre tus dedos, rescátame; juega lento, ponme en tu boca y muéstrame el amor.
Y aun así yo seguiré en busca de una forma de querer, donde tú y yo logremos estar juntos, mirándonos de frente. Querría acabar atrapada por la oscuridad, si pudiera.
En la noche, unidos por la luz de luna, descubrí tu pálida piel. Me transformé y soy como la noche, dependo de que tú me notes, y por pensar en ti me olvidé de respirar.
Antes de que caiga embrujada por el hechizo que me has dejado, la tristeza, el odio y el rechazo se esfumaron con un beso tuyo.
No te vayas por favor, no me ames si es por compasión. Ven y dímelo de frente, pero, ¿qué me vas a enseñar? Si ya conozco bien tu forma de amar. Esa hermosa sonrisa, tus susurros y suspiros. La luna es testigo de mi amor.
Cuando llegue ese momento en que no estés, cuando te pierda en silencio, yo ya sabré que es cierto: tú no me quieres ya más junto a ti.
Y, aun así, yo seguiré en busca de una forma de amor, donde tú y yo podamos estar juntos, mirándonos de frente.
Si puedo acabar en medio de la oscuridad y en la noche, no en vano he de evitar lo que el futuro nos muestre.
Un cálido y muy sutil beso apasionado. Dale color a esta noche que hoy la luna nos va a regalar.
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