La juventud es tan hermosa. La viven sin saber que es pasajera, nadie se da cuenta que el tiempo pasa como en un abrir y cerrar de ojos. No saben lo que ven ni lo que viven, pero tienen una mente poderosa con la que crean ilusiones, fantasías, con la que imaginan ser poderosos, invencibles.
¡Oh, sorpresa! Cuando la mente llega a madurar, elimina las fantasías, hace que esos mismos ojos vean una realidad en la cual el joven comienza a disfrutar su vida plena, a construir, a analizar las situaciones con madurez. Antes sólo derrochaba su vida como si nunca pasara el tiempo.
Ahora construye el camino correcto para tener una vida plena, una vida con amor.
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