Esto no me estaría pasando si tan solo hubiera esperado; este sentimiento que me inunda no me estaría pasando si no hubieras aparecido en mi vida.
Si me hubiera quedado con la duda, si me hubiera resignado, si me hubiera apegado a las inútiles reglas, si hubiera tomado en cuenta a la maldita moralidad hipócrita, no te hubiera conocido, no me hubiera enamorado, no hubiera puesto en duda tantas cosas ni hubiera aceptado con resignación a la distancia.
Si hubiera hecho caso, si hubiera temido, no estarías hoy a mi lado.
Si hubiera hecho caso a los comentarios ajenos y cercanos, no tendría lo más bello de mi vida.
Esta inspiración, esta manera literaria de demostrar amor —que me ha llevado hasta aquí—, este amor que ha superado kilómetros y nos ha hecho recorrerlos. Tantas risas, tantos juegos, tantas palabras, consuelos y besos no estarían aquí hoy si hubiera obedecido; la desobediencia siempre me ha traído cosas muy buenas.
Esto no me estaría sucediendo de no sentir lo que crece cada día, porque eres mi mejor poesía, mi mejor literatura —para leerte, para escribirte—, eres la rebeldía más bella de mi vida.
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