La chamba es bastante sencilla, la mera verdad. Te sientas detrás del mostrador de recepción y tomas llamadas telefónicas y mensajes. A veces, un huésped pasado de copas necesitará que le abras la puerta o que le llames un taxi al aeropuerto. Cosas fáciles, ¿sabes? Aquí están las llaves y mi cel si algo se te ofrece. Hay una maquinita al final del pasillo si quieres un bocado. Ah, y cuidado con el fantasma.
¿No te dije del fantasma? Sí, le gusta vagabundear por los pasillos. Suele quedarse en el segundo piso, pero viene a la planta baja de vez en cuando. No la peles y ella no te molestará.
Sí, estoy hablando en serio. No estoy bromeando.
¿Cómo que por qué? Ella murió aquí, obvio. ¿O por qué otra razón te figuras? No sé, ella estaba aquí desde antes de que comprara el mobiliario. ¿Y cómo carajos voy a saber eso?
Pues parece una niña normal. Tal vez de 13 o 12 años. Zapatitos negros y vestido a cuadros, ya te la sabes. Cabello lacio, negro. Se le nota lo muerta, no te puedes confundir. Sí, ya sabes, ojos lechosos y piel cetrina.
Siempre anda dando vueltas por los pasillos en la noche, arrastrando los pies. A veces toca puertas o ventanas asegurándose de que todo esté cerrado. Es uno de esos fantasmas llorones, como los de las películas. Sí, el de las cadenas, ese mero. Ella chilla bastante. Llora y solloza y así.
¿Exorcismo? ¿Qué estoy hecho de lana, o qué? Como si yo le fuera a pagar a un zopenco arzobispo para que rocíe agua en el piso. Además, ella no está molestando a nadie. Ha estado aquí más tiempo que yo, probablemente estará aquí después de que ya me haya ido.
Mira, pretende que ella no está allí si te molesta tanto. Y si alguna vez te sientes realmente asustado, enciende las luces y con eso la haces desaparecer. Es inmediato: chaz chaz y san se acabó. No, no puedes mantener las luces encendidas toda la noche, mi factura de luz ya de por sí es atroz.
¡No, no puedes tomarle fotos! Ni siquiera sin fash. ¡Jesucristo Sacramentado! Tu generación no sabe hacer nada, verdad de Dios. Mira, ya. Ve y ponte detrás del escritorio y ponte a machetearle que no tengo todo el día.
¿Nos vemos mañana, eh? ¡Eso mero! Así me gusta. Luego nos vemos.
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