
Mis sentidos despertaron, ¡al tiempo que mi corazón gritabaaa!
Al tiempo que un rayo animaba mi existencia,
te conocí bajo la luna llena mientras gozabas lisérgica.
Yo, un ser engendrado de cadáveres,
te hablé y miré tus ojos,
quería comerlos.
Tus pupilas dilatadas… abstrayéndome…
Nunca imaginé qué tan profundo caería en ti,
como el rayo que entró por los tornillos de mi cuello,
entró tu mirada por la mía
directo a mi corazón de muerto.
Como aquel rayo,
tu amor
me daba vida.
Te dejé ir y no lo hiciste,
te quise conmigo y me dejaste,
no me correspondía,
no era yo
para ti.
Ese abismo de tus ojos, vacío lleno de sombras,
lleno de muertos
de los que estoy hecho.
Con el corazón agitado.
¡Electrificado!
Mi cuerpo incendiado
por aquellos que no comprenden mi existencia,
envuelto en llamas,
mis sentimientos queman,
mi voluntad arde,
ya no soy un cadáver
hecho de pedazos desenterrados de tu cuerpo
de un amor incierto que le teme al fuego.
Estoy hecho de mí
de aquel rayo que iluminó el cielo,
un trueno vestido de muertos,
un relámpago que camina,
una tormenta que bajó a la tierra
para cauterizar con fuego el dolor
de su propia herida.
0