
He escuchado el sonido de las hojas en otoño
cuando caen de los árboles y tocan tierra,
así como he escuchado tu aleteo
mientras vuelas sobre las florestas de los bosques.
Silencio, absoluto silencio, ¿hay belleza en el infierno?
Oscuridad, absoluta oscuridad, ¿por qué solo el cielo debe ser el paraíso?
Dentro de mi alma hay un tormento inevitable.
Dentro de mí está surgiendo una nueva fuerza ineludible.
La presencia del silencio.
El poder de la templanza.
Todo se ha roto, hecho polvo cósmico,
vuelto al inicio de las cosas,
pero mi esencia sigue aquí,
junto a ti y tú conmigo.
Soy tu pequeña humana.
No he dejado de escuchar la densidad del silencio.
¡Nunca! El silencio es implacable, como tu furia, como mi dolor.
El silencio, refugio del alma.
El silencio, reposo del corazón.
El silencio, escudo del espíritu.
El silencio, arma de la palabra.
El silencio, respuesta de la pregunta.
El silencio, remedio del pensamiento.
¿Qué es el silencio para mí? Un ritual.
¿Qué es el silencio para ti? Tu hogar.
¿Qué es mi silencio para ellos? Una inquietud.
El silencio, el denso e implacable silencio,
Audible hasta en las profundidades del océano.
Este es mi silencio, mi rito, mi símbolo,
consagrado, especial, ceremonioso,
¡solemne!
He escuchado mi propio silencio, latente desde mi primer llanto.
Este es mi silencio, ¡es mío, solo mío! Ha despertado, hecho presente.
Mi silencio, emanado de mi dolor. Surgido de mi ira.
El silencio, el denso e implacable silencio.
¿Qué es este silencio sino mi nueva morada? Construida por mí
con la fuerza de mi ángel caído, con la serenidad de su contrario.
He escuchado el susurro de la noche,
he escuchado el murmullo de la Luna y las estrellas,
he escuchado a las tormentas escampar y al viento silbar.
Y he escuchado mi alma en llanto,
mi espíritu desconsolado y mi corazón solitario.
Una y otra y otra vez cada madrugada,
antes del alba y después del ocaso.
Guardando silencio, solo eso. El silencio, el denso e implacable silencio.
He escuchado el silencio.
He escuchado el silencio.
Mi silencio, lo he escuchado.
Este es mi ritual propio. Escuchar.
Escuchar mi silencio, mi denso e implacable silencio.
Two sinners can’t atone from a lone prayer
There’s darkness in the distance
You and I drink the poison from the same vine
From the daylight, runnin’ from the daylight
Please, don’t leave me in the end.