Pensar demasiado

pexels-pabloklik-7870500-scaled-thegem-blog-default

Junio

 

Lunes, 11:00

Despierto,

reviso las notificaciones de mi teléfono

y noto con tristeza

que tú no me has escrito.

 

Últimamente,

todas las canciones de Taylor Swift

me recuerdan a ti,

a nosotros,

a todo lo que pudimos ser y no fuimos.

 

Martes, 17:00

Camino por Ciudad Universitaria

y recuerdo nuestras citas,

cada miércoles:

nos veíamos por la librería,

caminábamos bajo la lluvia,

platicamos como si fuéramos amigos.

 

Me besabas,

y de mi mente se esfumaba

la idea de que no éramos nada;

me abrazabas,

y me gustabas más y más.

 

Miércoles, 00:00

Ahora, todo eso que vivimos

no existe,

yo sentí demasiado,

no sentías nada,

no querías intentarlo,

yo no era la persona

que a ti te interesaba.

 

Cada día me pregunto

sí sería buena idea

mandarte mensaje;

todavía espero

que reacciones

a mis historias de Instagram,

que me mandes mensaje,

todavía pienso

que eras honesto

cuando aceptaste que fuéramos amigos,

pero, tú no me escribiste,

y yo ya me cansé de buscarte.

 

Jueves, 15:00

Cada día,

desde la primera vez que te invité por un café,

y como si fuera parte de mi skincare,

es parte de mi ritual propio

preguntarme a mí misma:

 

¿Lo intento todavía?

¿Te gustaba de verdad?

¿Por qué me confundes?

¿Por qué sigues respondiendo mis mensajes,

pero tú nunca me escribes?

¿Por qué nunca me buscaste o

me invitaste a salir?

¿Me extrañas?

Si no te hubiera dicho lo que sentía,

¿algo sería diferente?

 

Viernes, 8:00

Me perdí por buscar en ti

algo que no existía,

y quiero que pensar en ti

no sea parte de mi día a día.

Me cansé de aferrarme a la nada.

 

 

Agosto

 

Jueves, 16:00

Mentí, creí que sería fácil

pero te veo cada día en la facultad,

siempre te ves tan guapo

y quiero hablarte,

quiero que crucemos miradas,

que me notes,

pero, tú nunca me buscas,

¿por qué sigo insistiendo?

 

 

Lunes, 17:00

Te extraño

y no debería,

porque nunca fuiste sincero,

me respondías

pero nunca conversamos;

aceptaste salir conmigo

pero siempre era cuando

tú podías.

 

Nunca me buscaste de nuevo,

para ti fue fácil

seguir viendo mis historias

e ignorarme,

en los pasillos

a veces me saludabas.

 

Ignoraste mis sentimientos,

mis ganas de vernos otra vez,

y, sobre todo,

tu parte de culpa en todo esto.

 

 

Septiembre

 

Al final, no respondí tu mensaje,

aunque quería seguir con la conversación.

Tenía la esperanza de que,

al conocernos más,

podríamos intentarlo otra vez,

pero ya no pienso eso,

o eso quiero creer,

porque es muy difícil

no buscarte,

no extrañarte,

no quererte.

 

 

Octubre

 

Quiero parar de pensar en ti…

4

Dejar un comentario

X