
Despertaaar… incendiar la clara de huevo sobre la sartén, mientras las lagañas se deslizan por el tobogán del lavamanos. Tu cabeza sobre mi nido de palomas me vuelve más afortunado. Así dormitas mientras vemos Fionna y Cake. Entonces todo parece estar en su lugar. Todo existe tal cual es. Pero despierto, mi habitación se inunda y te arrastra lejos. Yo me quedo inmóvil, cubierto de arena caliente que comienza a hincharme hasta que me pongo amarillo y aparezco dentro de un plato que me dice: ya es hora de irse a trabajar. Me voy empapado. En el trabajo me preguntan por el almohadazo. Ellos no conocen la ola del domingo.