Despertar por las mañanas a lado de una ventana que deja ver que ya es de día. Las ganas de levantarse son casi nulas, pero algo te viene a la cabeza, la voz de Louis, «tienes otro día», así que te levantas y vas directo a preparar el desayuno.Como los silencios siempre te han parecido violentos, conectas tus audífonos y decides escuchar a Louis. El silencio se llena de una voz calmante, un bálsamo que te aliviana y te da fuerza.
Ahora vas directo a hacer tarea y mientras la haces se reproduce un concierto. ¿La misma persona? Es como ver a tu familia todos los días, así que no hay problema. Es hora de bañarte, pero el ruido del agua hace más grandes los pensamientos que comienzan a subir por tu cuerpo, llegan a cuello y cuando menos te das cuenta estás hundida en ellos. Pero no todo está perdido, la misma voz aguda pero suave te salva, las palabras te abrazan y te besan el alma. Todo está bien de nuevo.
Te arreglas, te maquillas, comes, todo, con una melodía de fondo que te dice que todo está bien. Es la hora de ir a la escuela, la voz estará ausente y deberás escuchar a tus profesores, ¿y si los pensamientos empiezan a invadirte?
Convives con tus compañeros pero no estás siendo tú misma. Llega a tu cabeza un «veo lo mucho que has trabajado para ser tú misma» y la tranquilidad aparece de nuevo. Te toca exponer y eso te aterra. Viene a tu mente «suficientemente fuerte para equivocarte en frente de todas estas personas» y la valentía viene y continúas. Ves al chico que te gusta. Se hace presente «si tú crees que ese chico es Superman, está vendiendo boletos en el cine» y entonces lo ignoras. En medio de clase recibes un mensaje de tus mejores amigas, «los sábados llevan el dolor lejos», ellas son como los sábados, sueles pensar. Llegas sana y salva a tu casa e instantáneamente escuchas «lo logramos, un día más al que sobrevives, y mañana tal vez podemos tener suerte de nuevo».
Cada semana, cada día y cada momento Louis está presente. «Él no puede ser todo en lo que piensas», dice tu madre. ¿Ycómo va a serlo? Si esa voz tan increíble fue la que me dio a mis hermanas, las que usan el mismo bálsamo que yo, las que comparten pensamiento, las que saben cuánto te pueden juzgar por el simple hecho de disfrutar lo que más te gusta y te libera, como lo es la música. Louis me regaló los momentos más increíbles que he vivido, me serenó y me dijo «si todo va mal, cariño, solo resiste». Creo que le gustaría saber que no cerré el capítulo, que no me di por vencida y que seguí adelante.
Él es algo necesario en mi rutina. No necesito un evento importante para que venga y me dé ánimo. No es necesario que esté triste para que me dé impulso, con el simple hecho de existir es más que suficiente para necesitarlo. Para cada pregunta, él es una posible respuesta.
