
Mientras caminaba a la pista de atletismo,
pensé en lo hermoso que es correr.
Estaba feliz.
Luego me animé a trotar y delante de mí
la luna aún blanca y redonda.
Quedé iluminada y en compañía del eco del aire
y el sonido de los insectos despiertos en la madrugada.
Este es uno de esos días en que todo sale bien, me dije;
aun corriendo en la tenebrosidad iluminada.