El silencio que llena el interior del auto es cómodo, tal vez demasiado. Veo tu mano sobre el volante, traes la pulsera que te he regalado. Vamos dejando atrás algunos kilómetros y con ellos la oscuridad de la madrugada. Con los primeros rayos de sol, voy grabando el camino en mi memoria. Será un buen recuerdo si esto funciona.
Canciones de los 2000. Te escucho cantar y no puedo evitar replicarlo. Te observo discretamente y entonces quitas la vista del frente, me miras y sonríes. Haces una broma tras otra y la música queda opacada por nuestras risas. No puedo evitar que el corazón se acelere. Tu cabello peinado hacia atrás, los lentes cuadrados que enmarcan tus ojos, la pequeña risa que sale de tus labios y la mirada que me devuelves en complicidad, serán un buen recuerdo si esto funciona.
Te pregunto sobre tus metas, me cuentas cómo alcanzaste las presentes y hablas tan apasionadamente sobre las que llegarán algún día. Te escucho, admirando la forma en la que articulas tu discurso, preguntándome si serás el siguiente en romper mi corazón, si estoy lista para dejar que lo quiebren de nuevo, si me darías la oportunidad de cuidar el tuyo. Este momento contigo será un buen recuerdo, si esto funciona.
Si esto funciona, este será solo uno de los cientos de caminos que recordaremos. Aprenderé las cosas ordinarias sin que las menciones, como tu color favorito o la forma en la que tomas el café, qué películas ves para sentirte bien, qué canciones bailas cuando te emocionas y cuáles escuchas los días de nostalgia. Lo aprenderé para hacer cosas extraordinarias cuando no estén en tu agenda y maravillosas cuando sí lo estén. Las palabras que aluden al amor en mi vocabulario te pertenecerán y llegarán constantemente cartas a tu buzón. Si esto funciona, agradeceré todas las fisuras del corazón que fueron necesarias para traerme hasta ti, a este lugar. Si esto funciona, esta vida no será suficiente para demostrarte lo inmenso que puedo amarte.
–¿Todo bien? –me preguntas, y vuelvo en mí, me sonrojo. Entonces sonríes y el riesgo de añadir otra fisura a mi corazón parece insignificante
–Todo perfecto –respondo. Y es verdad, pocos son los días en los que todo sale bien y éste, aquí, contigo, es el inicio de uno de ellos.
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