
El amor puede ser lo más hermoso o lo más caótico. Cuando el amor es correspondido con la misma intensidad es la experiencia más bonita que puedes llegar a sentir; en cambio, cuando no es correspondido, trae consigo un gran sufrimiento. Entonces, el amor puede hacerte la persona más feliz y la más desdichada al mismo tiempo.
Para muchos, el amor puede ser un curita en el corazón: cuando encuentras a esa persona, que te hace quererte aún más, aquella que, con solo tenerla cerca, hace que tu día mejore. Para otros, en cambio, el amor puede ser una grieta más en el corazón: cuando todo el amor que sientes no es correspondido, puedes pensar que algo está mal contigo o que simplemente no eres capaz de comprender que él o ella no es la persona que necesitas en tu vida.
Es aquí cuando entra el amor propio para decirte que nadie te va a querer de la misma manera en la que te quieres a ti mismo. Entiendes que la opinión de las demás personas no tiene por qué afectar tu vida, pues, al final de cuentas, solo tú sabes qué es lo que realmente sucede contigo; y una vez que lo sabes llegas a encontrar algo hermoso en todo lo caótico. Finalmente, esta reflexión te lleva a encontrar a una persona que realmente te quiere.
Tienes que aprender a quererte a ti mismo. Es ahí donde entra el verdadero significado del amor.