
Supuse que estaba enamorada cuando me vi llorando mientras te decía «No te vayas». Ese último día me mirabas con desprecio, y yo con ojos de amor corrí a abrazarte. Dijimos adiós y no entendí por qué me seguías doliendo, por qué no te olvidaba, por qué sufría mientras tú reías.
Una noche me pregunté si en verdad te necesitaba, y me di cuenta de que no sabía la respuesta. Me tenías tan cegada que creí sentir amor cuando tus conductas nunca lo demostraron. ¿De verdad te necesitaba? ¿Llorar fue suficiente?
Decir adiós me dolió, pero entendí que nunca quisiste estar conmigo como yo quería estar contigo. Te amé, sentí mucho, llegué a creer que ibas a cambiar, pero no pasó. Te necesité en muchos momentos. ¿Dónde estuviste? ¿Dónde estabas aquella noche que lloré hasta quedarme dormida? ¿Alguna vez sentiste algo por mí? Me hice esa pregunta todas las noches que el llanto se adueñaba de mi rostro, porque en algún momento demostraste ser la persona que me dijiste antes de enamorarme. ¿Por qué no fuiste más aquel que me enamoró el primer día? ¿Por qué nada volvió a ser como en ese momento? ¿Por qué todo pasó de ser color rosa a oscuridad? ¿Por qué solo derramé lágrimas? ¿Por qué nunca pude hablar sobre lo feliz que era contigo? ¿Por qué cuando me preguntaban por ti respondía con un nudo en la garganta y lágrimas en los ojos?
Nunca tuve respuesta a todos esos cuestionamientos que alzaba la voz dentro de mí. Regreso a lo mismo: ¿de verdad te necesitaba? ¿Necesitaba tus desprecios, tu falta de amor, tus conductas que lastimaban a mi corazón, tus cambios de actitud que me hacían preguntarme si de verdad yo valía la pena? ¿De verdad necesitaba que estuvieras a mi lado? Pasó el tiempo y entendí que sí. Te necesitaba, para hacerme todas esas preguntas y descubrir de una vez por todas el tipo de persona que no quiero en mi vida. No quiero volver a pasar por esto, no quiero que mi corazón aguante más daños por el simple hecho de estar presuntamente enamorada. Pero ¿qué quiero decirte ahora? Solo quiero darte las gracias. Gracias por enseñarme todo lo que valgo y merezco. También quiero darme las gracias a mí por ser fuerte y seguir en busca de mi amor propio y mi amor soñado.