Sienta. No importa si es sentir para sufrir, si es para alegrar, si es para liberar o si es sentir para quemar, para derrumbar, para derretir o para construir.
Sienta, sienta la incertidumbre, sienta la lluvia, sienta la tristeza, sienta el fuego, sienta la ceniza, sienta la ausencia, la distancia, la presencia y la pertenencia. ¡Sienta!
Sienta en su piel, en su corazón, en su alma. Sienta donde sea que tenga que sentir, pero por lo que más quiera, ¡sienta!
Usted sienta todo, aunque le duela, porque qué trágico no sentir siquiera la tristeza.
Sienta mucho y sienta bien, sienta todo. Sienta por sentir, pero más que nada, sienta por vivir.
Sienta, que ningún sentir es permanente. Sienta, que quizá hoy pueda y al día siguiente no. Así que, usted sienta.
Sienta, que el vivo siente y el marchito no.
Sienta, sienta porque se siente bien sentir sin miedo.
Usted sienta y haga sentir. Sienta bonito, sienta rendido, y sobre todo, sienta el completo, infinito y atiborrado amor.
