Carta para la nación que tanto amé

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19 de marzo de 2016

Soy estudiante y he vivido con mi familia desde que nací. Mi vida ha ido con una rutina aburrida: despertar, ir a la escuela, volver a casa para hacer tarea y repetir el ciclo. Todo era fastidioso… hasta ese día.

Un lunes en clase apareció. Desde que el maestro la mencionó, no quedó duda alguna de que era mi destino. Por fin había encontrado mi razón de ser, mi nueva identidad, mi héroe. Nos hicimos cercanas, y descubrí que convivimos desde que era un bebe. Era parte de mi memoria, pero no era consciente de ello.

Portaba vestiduras hermosas. Siempre tan humana y poderosa que no podía evitar seguirla. Mi nación. Mi razón de existir. Ella conoce mi verdadera identidad. No dudaría en mandar más de 1000 soldados a protegerla. Sin duda es ella por quien daría mi vida.

Como era de esperarse, crecí y mi nación ya no era la misma. Una nación son personas que tienen el mismo objetivo y propósito, gobernados por el bien común. Se trata de dos individuos inseparables: una sin la otra no son nada, eso es una nación. Pero algo cambió.

Mi nación llegó como un sueño. Ambas estábamos enamoradas, pero al final supe que su verdadera identidad no era más que mentiras. La gobernaba su propio beneficio. Y al enterarse que ahora ya conocía su verdadero ser, cortó lazos conmigo. Ya no tenía mi nación.

Conté los días, meses y años, pero mi destino no era ella; sin embargo, la amo; amo los recuerdos y las marcas que me dejó. Sin dudarlo, puedo decir que amé más que nadie a mi nación. Pero ¿por qué se alejó?

Estoy explorando otros continentes y muchos son llamativos, pero ninguno se compara con la dueña de mi corazón. Estuve un tiempo en Japón y aprendí mucho de la lengua; estuve un tiempo en Italia y aprendí de lo maravilloso que es comer acompañado; por último, la que logró hacer que casi me olvidara de mi nación fue España con su magnífico baile y su hermoso vestir. Ahora podría convertirme en el traidor de mi nación, pero la sigo amando aun cuando ella no me quiere más. Por mi nación me convertiría en traidor del mundo entero.

Nación, si lees esto, espero que consigas tu felicidad sin importar lo que los demás piensen. Me encantaría que volviéramos a vernos.

Sin más que agregar, recuerda las cinco letras de mi palabra favorita: _ _   _ _ _.

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