Y entonces te vas

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Y entonces te vas…

Conoces tan bien el significado de esa palabra,

pero ahora sabes que es un circuito.

No hay camino derecho o izquierdo o transversal,

solo queda girar en círculo.

 

El tiempo pasa,

el tiempo marca,

y ahora pasas horas acomodándote los cuatro pelos que te quedan,

para que tu exterior refleje ese joven que llevas dentro desde siempre.

Por dentro no has cambiado,

sigues con el mismo ímpetu;

las mismas ganas de devorar el mundo,

de comértelo entero inclusive si pudieras.

Pero esperas,

no sabes qué.

Solo esperas poder partir sin maletas,

con solo una mochila,

y sentir ese miedo de alegría y de incertidumbre,

que te muestra que eres vulnerable,

pero dueño de lo que pase

por la fuerza de tus pasos.

Libertad que le llaman algunos,

o traspasar al otro mundo según otros.

 

A las cinco de la mañana

me despertaron unos aleteos en la oreja.

No sé si eran los crespos que se alisan

o las pulgas que inundan Paris.

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