Para aquella persona que me está esperando tanto como yo a ella. Estas líneas van dedicadas a ti:
Aún no te conozco, pero al imaginarte suena en mi mente una melodía tranquila y suave. Me acompañas adonde quiera que voy, te siento en la energía de un café por la mañana, en la felicidad de un paseo dominical, en la adrenalina de una habitación llena de amor propio, en la calma de un descanso. Puedo suponer que tendrás una figura trabajada, como a mí me gusta tenerla. Posiblemente así nos conozcamos, ¿no lo crees? O será tal vez cuando quedes cautivado por mi hermoso andar por las calles de la ciudad, mi elocuencia al hablar o mis disparates al bromear; por la feminidad de mis actos cotidianos, o por mis notas agudas al cantar distraídamente.
Hace tiempo que no siento esa chispa emanando del contacto ajeno, esa agitación en el pecho por saber qué ocurrirá en los segundos posteriores a una contemplación llena de deleite, esa estampida de magnetismo recorriendo cada minúsculo espacio del cuerpo cuando la piel del otro roza la propia.
Hace tiempo que mi cuerpo y mi alma se levantaron de aquella ruptura del corazón. La vida siempre será así: serenidad y agitación. Hoy vuelvo a observar a las parejas andantes por las calles, y la melancolía llena las paredes de este espacio tan mío. Paredes que a veces sofocan creando expectativas ásperas sobre el futuro, forjando vacilaciones sobre la compañía futura que pareciera nunca llegar. La incertidumbre es la enemiga de quienes estamos a la espera de lo que se nos ha prometido en esta vida y que no hemos podido obtener. Somos buscadores, y aquí estamos labrando caminos que nos lleven a dónde según la vida nos corresponde.
Hace tiempo que no deposito mi confianza en otro esperando ser reconfortada; desde que las yemas de unos dedos delicados no se posan sobre mi rostro proporcionándole un cariño que calme las tempestades. Hace tiempo que no tengo a un amigo con quien compartir charlas espontáneas y llenas de vacilaciones; desde que la Teoría de la Relatividad no juega conmigo, y la fascinación por admirar a alguien no me seduce. Hace tiempo que mis inseguridades no se encuentran amparadas. Hace tiempo, pero estoy lista y aguardando todo aquello; encontrándole sentido a este tipo de espera.
Sé que llegará el día en que coincidamos. Así que sigamos viviendo tan bien como hasta ahora, que ya nos encontraremos.