
Los demonios
de mis pensamientos
me abrazan en la ausencia,
les pido que nos lleven a ambos
para que me envuelvas con tu linda
y sucia imaginación.
Dejemos las cosas por hacer
para posarte con los dedos,
sorprendernos con los rostros
porque muero por oler tu cara
para untarme con ella el alma.
Porque sospecho que ya no sé
lo que es el amor,
ese amor con el que mutilas
mis entrañas
con cada palabra con la que me llamas.
Ya no estoy segura de que existas.
¿Será que solo eres visión de una noche?
De ser así, entonces
falacia ese amor que tanto extraño.
¡Ya no soy quien lame tu vida!
No soy quien te ve venir en mi aliento
no soy con quien te arropas la piel
no soy quien reposa a tus pies.
Mi mar de agua,
cera que se convirtió
en piedra.
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