Ahí está en su oficina: una ventana a 90 metros de altura. La parte de techo y piso que le tocan, como al piloto. Es mi mejor amigo. Operador de grúa-torre. Autos pasan y no lo reconocen, ni lo voltean a ver. Así como las unidades de Age of Empires II o los fantasmas del sueño, no tiene rostro. Sube todos los días como un antiguo volador de Papantla. En cada paso y a cada escalón yace su muerte y su sueldo. Si pasan pájaros, presiente Tenochtitlan en verano o el cuarto de su ex novia en pleno invierno. Ha construido 4 obras en total. Eran 4 las esquinas del zócalo de ecos en el universo para la gente azteca. Imagino que son 4 las grúas que sostienen nuestro tiempo. El primer sol lo construyó en Reforma, donde alcanzaba a ver los tigres viejos del zoológico [4-Tigre]; el segundo, en Veracruz, donde Cortés veía la noche y Pedro de Alvarado estaba dormido [4-Viento]; el tercero fue en época de lluvias, en Villahermosa, donde soñaba que la grúa, después de navegar toda la noche, se estrellaba contra el mar [4-Lluvia]. El cuarto es la foto [4-Agua]. 4 soles y 4 obras ha vivido. Todos sus reinos son bosques enterrados. Del quinto sol, no me ha dicho absolutamente nada.
Sabe que juego Age of Empires II con los aztecas. ¿Un gamer con una civilización pasada también puede construir un hoy? Con su control mueve toneladas, eleva arena y enlaza plenitudes con el block. Una vez vi un bosque incendiándose enfrente de mi ventana. Me contó: las compañías “accidentalmente” queman árboles y erosionan hectáreas para elevar edificios, llegar más alto, ser alguien en la vida. Ser alguien en un grupo de WhatsApp.
¿De cuánta gente que quiere llegar a la cima de veras, quiénes –con nombre y apellido– están dispuestos a cuidar su propia obra de noche? ¿A vivir en la obra toda una noche? Siempre se habla de lo inútil del gaming, de lo estéril, ¿pero no somos de los pocos y pocas que habitan en las horas más altas de su fracaso? ¿No dormimos en la obra, frente a una pc o una consola? ¿Por qué el operador sigue siendo el último en dejar la construcción cuando todos se van? ¿No le da miedo quedarse tan solo? El cadáver de un bosque sostiene a toda grúa del planeta. El sábado pasado durmió a 90 metros de altura. Debía horas extra. Levantar y apuntar. Construir más suelos en lo oscuro, más techos en la nada, más tubos en el viento. El cielo es de quienes lo trabajan. El cielo es de quienes se ahorcan en sus pisos. Nadie sabe dónde quedó el cadáver de Cuauhtémoc.
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