Lilium

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En una noche alegre que nunca olvidaré,

¿recuerdas que querías ser una flor?

Brotaste de las lágrimas de Eva

y fuiste la señal del amor.

 

Gruñías y maldecías a quien no era digno de ti;

podías volar, nadar y hablar.

¡Oh, flor de la fertilidad!

 

Tus ojos de miel pude ver,

después, tus besos tuve en mi boca.

Un aroma fuerte y agradable

pude sentir, llorabas y reías.

 

¡Oh, Lily!

Mi pobre alma

se enamoró.

 

Era nuestra primera cita;

vestías una corola de seis lóbulos.

Quizá era rojo, amarillo, naranja o blanco.

 

Originaria de las zonas templadas del Norte

comenzaste a florecer cada primavera.

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