
Qué sencillo es romperse,
ser como un pequeño jarrón,
y simplemente, con el tiempo,
fragmentarse y transformarse.
El otro día me encontré con un viejo amigo libélula,
nos conocíamos de cuando apenas éramos ninfas,
cuando todavía teníamos nuestros pequeños apéndices,
a diferencia de ahora, que ya nos vimos con alas.
Eso me hizo ver que me he metamorfoseado.
Todas las cosas que se han roto
y todas las cosas que han llegado nuevas,
para quedarse o romperse en algún punto.
Nunca hubiese esperado ser quien soy ahora,
no me arrepiento,
pero sí le sorprendería a mi yo del pasado.
2