Cuentos modernos

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Juré dejar de creer en cuentos de hadas. 

No soy una princesa,

los sueños sólo me duran la mitad de la noche y a veces algunos veranos. 

Fuiste la despedida de mi verano cruel. 

Ahora soy parte de una muchedumbre que no se encuentra a sí misma.

 

Debo de entender que soy una soñadora 

dentro de alguna ciudad amurallada 

y las cadenas no me dejan extender las alas.

 

Debo preguntarme si alguna vez tuve otra opción.

Debo aconsejarte que lleves contigo todas tus metas cumplidas, 

escúchame, te servirán para más tarde.

Debo pedirte que tomes toda tu porcelana fina 

y que vayas a tu país de maravilla de donde viniste. 

La espuma del mar se convertirá en mi tumba.

 

Caí en las redes de la protagonista de algún cuento. 

Ahora estoy huyendo de sus brumosos finales felices 

y ningún príncipe viene detrás de mí. 

No tengo mi cuento de hadas,

lo perdí en alguna parte.

Soy un personaje recurrente creado por mi autor 

para ayudar a la princesa encantada. 

 

¿Cómo perder lo que nunca me perteneció?

¿Qué se supone que tenía que suceder?

¿De qué color era el amor de la princesa encantada que nunca pudo ser?

 

Ahora saltaré de estas páginas llenas de fantasía 

y encontraré mi propia historia.

 

Escribiré mis propias líneas sin una gota de magia,

sin hadas madrinas que me esperan con mi zapatilla de cristal, 

sin besos que despiertan a princesas dormidas.

Tendré un final sólo para mí.

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