No llegamos muy lejos

pexels-elijah-odonnell-3473541-scaled-thegem-blog-default

No llegamos muy lejos.

Llegamos hasta donde había que llegar.

 

Llegamos hasta donde llega un hombre

cuando ama a una mujer.

Llegamos hasta donde llega una mujer

cuando le corresponde.

Llegamos hasta donde llegan todos,

sea cual sea el caso.

 

Llegamos hasta donde llegan los amantes

cuando se besan bajo las farolas,

cuando se miran fijamente a los ojos

sintiendo el ferviente amor en sus almas;

cuando bailan bajo la lluvia

al ritmo de los latidos de su corazón.

 

Llegamos hasta donde llega el peregrino

que busca emociones fuertes para aliviar su dolor;

hasta donde llega el individuo

que quiere gozar sin razón aparente

de una felicidad etérea.

 

Llegamos hasta donde dicen muchos

que es el momento adecuado para amar

loca, acertada y espontáneamente;

sin amarguras, sin preocupaciones.

 

Llegamos hasta donde se debe llegar 

para entender que se ha amado a alguien;

hasta donde la mente,

en sus recónditos misterios y oquedades, 

no es capaz de entender.

 

Llegamos hasta donde se piensa 

comienza apenas el amor,

y a la vez

llegamos hasta donde se cree

que el amor acaba.

 

Llegamos hasta conocer 

a profundidad nuestras almas,

hasta entender

a totalidad nuestras mentes,

hasta tocar

por completo nuestros corazones.

 

Llegamos a tanto

que nos perdimos.

 

Llegamos más allá de donde esperábamos llegar,

pero no hasta donde queríamos.

 

Llegamos hasta donde nos quisimos,

hasta donde se trazó el camino.

Llegamos hasta la última página del libro,

hasta el último verso del poema.

 

No llegamos muy lejos,

lo sé,

pero llegamos

hasta donde había que llegar.

23
X