¿Qué es la vida sino constante cambio? Hace unos meses aseguraba que jamás saldría de la casa de mi madre. Pero todo cambia de manera abrupta, sin previo aviso. Un instante, tan fugaz, que parece ser real solo en mi imaginación. Ahora, momento presente con tinte de incredulidad. Hoy, día en el que observo mis libros, mi computadora y los árboles en mi departamento.
¿Qué es la vida sino magia? Nadar en el espacio que se habita, mover la aleta como toda una sirena: con fuerza y ternura; así como las ninfas danzan y las hadas vuelan. Fluir en las fantasías de una infancia que pasó y una adultez que busca lo mágico de la vida. Vivir entre mundos. Vivir reconociendo que las imposibilidades se vuelven realidad con una pluma y un cuaderno.
¿Qué es la vida sino valentía? Como aquella niña que le grita «¡Basta!» a su agresor sexual. Como aquella joven que marcha en comunidad al ritmo del son feminista. Como aquella mujer que trabaja y construye espacios en donde la espiritualidad es cuir.
¿Qué es la vida sino erotismo? Placer al leer un libro mientras se toma una taza de café en un día lluvioso de verano. Placer al sentarse en el pasto húmedo. Placer al sentir sus labios, recorrer su cuerpo y besar su clítoris. Placer al escuchar sus gemidos. Erotismo al vernos caminar juntes. Erotismo al bailarle con mi top y mi pequeña tanga. Placer al reconocer que lo soñado se volvió real, pues todo cambia. En ocasiones de manera abrupta, otras veces de manera lenta.
Todo cambia, pues la vida es ciclo. Mi vida, ese ciclo marcado por la Diosa de la Luna y sus diversas fases: de niña a joven, de joven a adulta. Ciclo vivido desde un rosa brillante; lo suficientemente escandaloso para ser visto y demasiado tierno para ser capaz de modificar el mundo. Ciclos grandes y pequeños. Cierres dolorosos y esperanzadores. ¿Ahora? Ahora es un momento de adaptación a mi nueva realidad; esa que he creado con colores fosforescentes. La que tanto amo, pues es todo lo que siempre soñé.
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