Con música de fondo, notas tu ausencia

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Música de fondo: https://www.youtube.com/watch?v=a6SYfJ6B64U&t=3366s

 

No siempre pensé en este día. Extrañarte no me cabe en palabras, en espacios de este tipo. Hace dos semanas que no estás, tu tumba lo atestigua.

 

 

            El último día que te vi estabas decaído, la enfermera ya había ido esa tarde. Te pude besar en la frente antes de partir, me deseaste éxitos en mis estudios. No te dije “te quiero”, esas palabras siempre nos hacían llorar, no eran necesarias por todas las tardes juntos, pero no hubieran estado de más…

            El domingo te vi por última vez, el domingo te internaron.

            Lunes, te operaron, (ll)oré toda la noche por ti.

            Martes, estabas en coma, (ll)oré toda la noche por ti.

            Miércoles, moriste. Lloré.

            Jueves, te enterraron. Lloré.

            Ahora las oraciones son para los que quedamos vivos.

 

 

            Ese jueves tu cuerpo era solo eso, un cuerpo, nada de la luz de vida. Dejaste una viuda tras sesenta años de matrimonio, la abuela te extraña. Nuestras tardes sin ti dejaron de ser iguales, hay que aprender a vivir con esta ausencia, cuando toda la casa te dice a gritos.

 

 

            Sé que se puede vivir sin ti, pero no es lo que quiero. Todos estamos caminando por aquí, y no te oímos, pero parece que tus palabras se impregnaron a los muros (de nuestros recuerdos).

 

Esta ausencia se carga de memoria cuando cae la noche, y no alumbran tus ojos claros.

 

La abuela aprende a estar sin ti. Ahora cocina aquellas recetas censuradas por tu paladar, controla las cuentas minuciosamente, mira televisión temprano, y tus hijos la visitan más seguido. Son nuevos tiempos, donde se continúan las lágrimas.

 

 

Debería estar haciendo otras cosas,

pero escribirte

es una forma menos de extrañarte.

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