No se generan las imágenes, solo los bultos de colores y las sombras. Persiguiéndome al brinco del bombo. Temo, pero es dramático el miedo. Al final solo es algo que a todos nos pasa. Lo bueno que la señora ya empezó a caminar, ya siento esa paz. El señor se equivocó, vio mal el tiempo, tal vez él también va cayendo en un túnel. Ojalá y no sea así, debemos mantener las defensas altas, y qué mejor que hacerlo en nuestro equipo de tres.
Me pulsa la cabeza y aún no termina la noche. “¡Basta!”, pero aún debo cenar. No esperaba que fuera tan difícil dedicarle unos minutos a algo que debería encantarme, pero esta enfermedad me nubla, me ciega. Creí burlarme de la vida al sentir cierta fuerza después del día cero, pero gradualmente me ha ido consumiendo. Pensé que la puerta estaba abierta, ahora descubrí que no tengo ni la llave.
Despierto y no veo nada peculiar en el techo, pero mi mente se siente distinta. Si me dieran la oportunidad estaría en cama durmiendo, soñando con un yo mejor. Qué extraño, duermo cansado, despierto cansado. ¿Cuándo terminará todo?
Debería estar haciendo otras cosas, debería estar en mi cama sufriendo, dejando que las drogas hagan efecto y esperando un siguiente día sobresaliente. Debería, pero no.
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