Deberías estar haciendo otra cosa

pexels-lumn-316466-scaled-thegem-blog-default

¡Deberías estar haciendo otra cosa! Masculla mi padre cada vez que me ve con un lápiz y papel. Entiendo que para él la literatura es cosa de niños y que leer es un proceso más mecánico que un arte, pero lo que él nunca va a entender es la afinidad entre el lápiz y el suave roce del papel que me hace viajar a otras dimensiones.           

Deberías estar haciendo otra cosa. Seguramente se lo dijeron a Marie Curie cuando ganó el Nobel, o a J.K. Rowling cuando escribió Harry Potter, a las mujeres protestando por el abuso patriarcal. Deberías estar haciendo otra cosa, ¿a cuántas personas, sobre todo mujeres, habrá detenido esta frase? Deberías estar haciendo otra cosa, ¿qué es la vida y por qué nos empeñamos tanto en ocuparla con cosas que no nos interesan, por qué le destrozamos la vida a entusiastas, artistas, imaginativos? ¿Qué otra cosa se puede hacer cuando el corazón te marca que tu lugar es aquí, ahora, sentada frente a un ordenador escribiendo para una convocatoria mensual? ¿Qué otra cosa?

Es difícil resistir, existir, persistir, cuando te piden dejar tus sueños, los amigos que te impulsan a seguir comienzan a ser voces diáfanas que se pierden en la intensidad persistente del grito ensordecedor: deberías estar haciendo otra cosa.

4
X