
Está bien no saber por dónde comenzar…
Musitan las manecillas del reloj entre dientes:
¡Tic! ¡Toc! ¡Tic! ¡Toc!
días y noches transcurren
entre las grietas del cielo,
escapan brincando y riendo.
Está bien no tener todas las respuestas…
Gritan en eco las olas del mar:
¡Gluc! ¡Gluc! ¡Gluc! ¡Gluc!
Espuma y sal se funden
entre las grietas del suelo,
navegan y ríen.
Corazón… ¡Está bien soñar!
Cuerpo… ¡Está bien parar!
Mente… ¡Está bien volver a empezar!
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