Es verdad lo que dice la gente, “nada nos pertenece”.
Abrí la maleta para guardar mis pertenencias y no encontraba qué hacer con una foto nuestra, quiero decir, una foto donde estamos tú y yo, porque nuestra ya no era, ni siquiera mía. Ya no había espacio para ella en mi maleta, ya no hay espacio para un nosotras en mi vida. Opté por romper la foto al mismo tiempo que rompí en llanto. Estoy dispuesta a dejarlo todo: la ciudad, los sueños, los amigos, el trabajo, y a ti, con tal de no perderme. Las calles de la ciudad son tantas, pero aun así nunca me perdí en ellas como me pierdo estando contigo. Me resulta increíble pensar en las vueltas que da la vida. Estás en mi presente, pero no te veo en mi futuro. Tantas veces lo imaginé y en ninguna ocasión aparecía tu rostro. Sé que estoy tomando la decisión correcta al irme de aquí, sin ti, dejando la ciudad entera con una sonrisa, porque el tiempo se nos acabó, el amor se nos fue de entre las manos justo para confirmar que nada nos pertenece, que yo no pertenezco aquí contigo ni tú conmigo.
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