La rutina

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Cada mañana, al despertar, me cuestiono la razón de mi existencia, ¿tiene sentido lo que hago? En el colegio me enseñaron cosas útiles para la vida, como realizar operaciones matemáticas básicas, saber leer y escribir, incluso algo de historia del mundo y de mi país; pero… ¿acaso tiene sentido todo esto? 

 

Crecí creyendo que estudiar era normal, pero supe que no es así, que es un privilegio. Crecí creyendo que mis padres debían pagarme mi educación, pero supe que no es así, hay niñxs y jóvenes que deben trabajar para poder ayudar a sus padres, estudiar y terminar la primaria. Crecí en una burbuja de privilegios que la gente a mi alrededor jamás me ayudó a romper, más bien la hacían más grande, porque no importa lo que sucedía afuera de esa burbuja, ya que yo —junto a todo el conjunto de personas en burbujas iguales o más grandes— estábamos en lo que era “lo normal”.

 

Ahora estoy estudiando en la universidad, gastando más de cinco años de mi vida preocupándome por obtener un título de una carrera que ni sé si vale la pena ejercer, recibiendo unos conocimientos teóricos que más que acercarme, me alejan de la realidad. Todos los días me cuestiono, ¿por qué estudio esto?, ¿podré vivir de esto?, ¿lograré mejorar mis condiciones materiales? Preguntas que resuenan ante un mundo que cada vez colapsa más por la contaminación ambiental, por la depredación del hombre por el hombre, por la avaricia, por el odio injustificado frente a otrx ser humanx… ¿Por qué no renuncio a todo y me dedico a conocer el mundo?, ¿por qué no me dedico a cultivar el espíritu o el alma mientras espero que esto llegue a su fin?

De manera tal vez ingenua, le dedico cada vez más tiempo a ocuparme con otras cosas, creyendo que lograré transformar de alguna forma mi entorno, ya no sé si por cuestiones de ego o de desesperación ante la angustia que me abruma cada día al despertar. 

No sé si las palabras que brotan de mí serán leídas, pero… ¿acaso eso importa? El hecho es que lo digo y tal vez eso es lo que importa. Si bien no le da respuesta a mis preguntas, me ayuda a exteriorizar mis sentimientos y me ayuda a ¿soportar? otro día más; espero, no obstante, alguna respuesta que me permita tener tranquilidad antes de ir a dormir e iniciar mi rutina.

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