Mapa mental

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Estás de pie, en una ciudad que conoces a la perfección. A la derecha están tus sueños, tan lindos, tan claros… pero por su carencia de cuerpo son como una especie de espectros donde te puedes ver siendo feliz, y te encanta admirarlos. Son tan increíbles que no dudas en sonreír. Justo enfrente de los sueños se encuentran los retos, esos que día a día están presentes y que siempre dificultan el camino. Adelante puedes encontrar los momentos más tristes y los más felices, éstos son lo que te impulsan. 

Ahora que has entendido cómo fragmentar tu mente, que reconoces las partes fundamentales de lo que eres y lo que quieres ser, es momento de reconocer que cada uno de los espacios localizados conforman la cultura que además impacta en la vida de otros. 

Dentro de la mente, cabeza, cerebro, espíritu, interior o como más te guste llamarle, tienes la capacidad de identificar los riesgos, todo aquello que te puede lastimar. Pues más o menos así es como comienza la cultura de prevención, aprender a identificar esos puntos rojos, o como dicen los cartógrafos: a georreferenciar, donde hay amenazas que, si te acercas, te podrían dañar y no solo de manera física. Pero la vida y los días van presentando retos. Consecuentemente se evaden esos riesgos para llegar a las metas o sueños. 

¿Cómo se llega al sueño? Conociendo cómo eludir los riesgos por medio de la educación y la información. Adquiriendo un compromiso social por el bien común para la identificación de amenazas en los distintos ámbitos. 

De esta forma se les hace frente a los riesgos para llegar a las pequeñas o grandes metas, pues lo importante es tener herramientas, compromiso, información y aprendizaje para caminar por el mapa mental.

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