No los volví a ver

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A lo largo de la vida uno conoce gente de todo tipo y uno decide entablar una amistad o ser indiferente con los demás. Si se decide lo primero, es necesario comprender los gustos, anhelos, temores, problemas y planes de los demás para desarrollar una relación agradable. Sin embargo, hay personas a las que les bastan unos minutos para intimar a la perfección. En diez minutos crean una confianza como si se conocieran desde hace muchos años. Empiezan a contarse sus planes de vida, qué quieren lograr, cuáles son sus problemas amorosos y financieros. La persona que hasta hace quince minutos era una extraña responde de la misma manera. Los cincuenta minutos que interactúan resultan totalmente gratificantes para ambos. Lamentablemente, uno tiene que irse. 

Intercambian números, se siguen en instagram y toman sus rumbos. No se volvieron a ver. ¿Un mensaje?, ¿una llamada? Nada. Al final todo se quedó en las primeras palabras. Palabras que se olvidan con el pasar de los días, cuando la rutina oprime los recuerdos. Un día recordarán que conocieron a un sujeto de repente. Buscarán cómo ponerse en contacto y antes de hacerlo se arrepentirán ¿Qué tan extraño sería que un extraño te escribiera? 

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