Baile Epicúreo

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Comienza el baile, siente la música, Green & Gold de Lianne La Havas, con su ritmo lento, suave y vibrante, lleno de energía, ternura y calidez. 

Baila, baila. Ya no necesita la ropa, la música la envuelve ahora, la resguarda en un ambiente seguro y sensual, sensorial quizás. 

Se acerca a él, lo invita a la desnudez palpándolo, le pide permiso para conocerlo más íntimamente. Él se lo concede. 

Ambos son cobijados por la voz de la cantante, que se nutre de los demás instrumentos que componen la canción. Se vuelven uno con la música, un nuevo espíritu nace. 

“Qué noche”, pasa por la mente de los dos, tan enfocados en mantenerse cerca, tibios, abrigados entre sus brazos y, sin embargo, comienzan a alejarse de este mundo. 

Energía, mundos, almas. Ya no son ellos. Acomodos, tropiezos, pensamientos… ambos vuelven a la realidad, ambos se dan cuenta de lo que está pasando, parece que su telepatía empata también en esta ocasión. 

Lía. 

Su energía, sus cuerpos juntos, sus pensamientos volando hacia ella. Parece que ninguno quiere decirlo. 

Lía. 

El baile continúa cada vez más intenso. Cuerpos y mentes fundidas, unidas por el calor, por el recuerdo, por un nombre en común. 

Turn, turn, turn,

Turn up the love.

Lía. 

Y sin decirlo, ambos terminan el baile y dirigen ese último suspiro a ella, su amor. Lo saben y está bien.

Ahora queda dormir. Su imaginación baila y al menos ahí pueden verla. 

Un sueño. Tres almas distintas.

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