Brindando con los muertos

dark-ga2da2a204_1920-thegem-blog-default

Para Carmen, por presentir su imagen 

en mis letras como un viajero que sabe 

dónde se encuentra el Norte. 

Tuve más agallas para levantarme que ellos para acabar conmigo. 

Fallaron en su intento de provocar miedo. Yo estoy acostumbrado a estar en la calle a altas horas de la noche porque así lo han requerido las empresas donde he trabajado, intimidarme no fue para esos sujetos tarea fácil, al contrario, me dieron una nueva oportunidad de encontrarme a mí mismo. 

No puedo negar que los golpes dolieron, pero más allá de escandalosas gotas de sangre y unos cuantos moretones, estoy vivo. En cambio, cuando se acerque definitivamente la hora y la Muerte venga a reclamarme, ahí estaré y no tendré miedo, porque dentro de mí está la satisfacción de haber hecho alguna cosa bien en mi vida: enamorarme de ti. 

Cuando los amigos ya no volvieron a visitarnos creímos que se habían enojado con nosotros o sólo habían olvidado la dirección de la casa, pero las noticias llegan pronto y al saber la razón desearíamos que fuera mentira. 

En un segundo, todo puede cambiar. La Vida es una constante suma de vasos que se rompen y llegará el momento de estar brindando con los muertos, pero mientras ocurre estaré aquí viendo cómo paseas en Tlaquepaque y compartes bellas fotografías que, lamentablemente, no pude tomar yo. Mejor hubiera sido que aquellos tipos acabaran conmigo para no morir por tu amor. Tampoco era la opción más sensata, porque dime:

¿Quién estaría dedicándote estas frases que nunca vas a leer? 

12
X