Escribiendo que es gerundio

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Son ya varios años que he efectuado el acto de escribir, bien como una terapia o bien una manía, ya de expresión o ya de sensación. Escribo para espetar mi amor, dolor, sinsabor, sentir, pasión; y borroneo, ¡para mí y para las Musas! ¡Oh sí, las Musas!

       Cuando escribo, me miento al saber qué escribiré. Planeo creyendo cuál es el principio, clímax, desarrollo, cierre, teoría, final, desenlace o conclusión. Me defraudo cuando noto que todo lo que garabateo en el papel no es lo que buscaba. ¿Quién escribe? Cuando escribo, parece que hay un algo o un alguien que busca expresarse desde mi interior. Surgen palabras, espejos, conceptos, ideas, caminos, sucesos, dramas, verdades, ficciones que solo emanan al garabatear la mano. ¿Qué escribo? Cuando escribo, y me leo, noto que con cada palabra, trazo, línea, carácter, párrafo o enunciado me voy desnudado y voy desvelando lo que oculto por dentro.  ¿Quién soy al escribir?

       Pero ¿acaso no es cierto que uno va al dentista o hace ejercicio siendo que tales actos son dolorosos y, sin embargo, al final se busca una solución, alivio y hasta una fortaleza? ¿No será pues, que sí, escribir es dolor, pero a la par fortaleza y alivio? Si no fuese benéfico y un fármaco para el hombre, ¿por qué habría tantas palabras escritas en ene lugares en el éter del tiempo y del espacio?

       También debe de asegurarse que, cuando escribo, existo. Por ahora, estoy en ti que me lees, en mí que lo escribo, y como estrella fugaz que solo se muestra en el pasado de lo que fue, la lectura es la muestra de que alguna vez fui, de que existí y de que busqué expresarme. ¡La escritura afirma la existencia!

       ¿Cuántas combinaciones se podrían hacer con tan solo unas letras y signos? Lo que hoy escribo como genuino y original ya estaba predicho por la estadística, lo que aún no es ni ha sido, ya está en la estocástica de la literatura. ¡Cadmo está orgulloso!

       ¿Qué pretendo cuando todo ya está, estuvo o estará escrito en los anales del haber? ¡Suena pues la canción del Haber!

       Al escribir, me presento yo. Busco aliviarme, calmarme, expresarme, asirme, extenderme, desvelarme, desnudarme, corresponderme y, sobre todo, afirmarme en la existencia, ya del papel, ya de la mente del otro o ya en el haber. ¿Que qué estoy haciendo con mi vida en el existir azaroso? ¡Escribiendo que es gerundio!

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