Viajar en el tiempo

pexels-anete-lusina-5722872-scaled-thegem-blog-default

Cuando eres adulto piensas que muchas cosas buenas se perdieron para siempre. Añoras constantemente. Un día, mientras caminas, comes, te bañas, sales de casa, preparas café… En medio de cualquier acto cotidiano, un recuerdo te visita sin aviso y lo vives de nuevo por unos segundos, pero acaba y se va, dejándote cierta nostalgia por eso que ya no está… 

Ahora empiezo a creer que no se va.

En este momento, mientras me tomo mi segunda taza de café por la mañana, al leer “sabores del tiempo y el espacio”, esto que escribo ahora llega a mí y con ello la idea de que en realidad esos recuerdos no se van. Están ahí, repitiéndose infinitamente, como un loop de guitarra. 

Me pregunto lo siguiente:

¿Y si el presente es un lugar en el que eso que viviste sigue, pero tú avanzas?
Déjame explicarlo. Si imagináramos una línea temporal desde atrás hasta el ahora, hacia estos segundos en los que me lees, tu vida está llena de momentos, y esos siguen ahí, no se han destruido, están ocurriendo, porque siempre es presente. Lo único que es diferente es que somos seres cambiantes, nos transformamos a cada segundo, como una nube. Dejamos de pertenecer a ese momento específico y es por eso por lo que no podemos volver ahí.
Únicamente podemos hacerlo en forma de recuerdo.

Espero que me entiendas… Porque llegar a esa conclusión me alivió. Me hizo pensar que, en realidad, todo eso que muchas veces extraño no se fue. No es imposible viajar en el tiempo hasta ahí. Eso sigue existiendo dentro, en todo lo que me compone, no sé por qué, quizá por la frase que me hizo llegar aquí, que está relacionada con la cocina, pero lo imagino como una sopa. Como si fuéramos una sopa, cada recuerdo es un ingrediente o una pequeña parte de ésta, no se anula. Solo se incorpora y va nutriendo más y más la preparación. El recuerdo nos hace más.
Y tampoco es que no podamos viajar allí, lo hacemos con ayuda de la memoria.
Así que… en conclusión, espero que leer esto te ayude a ver la nostalgia y el pasado con un filtro más dulce. Y que cuando quieras volver a un punto del pasado, con mucha desesperación, o saltar enseguida al futuro, recuerdes que somos nubes. No hay prisa en ellas, a su tiempo se transforman. Y no vuelven a ser exactamente iguales.

 

2
X