
Estoy en el borde
al límite
entre el abrazo que quema
y el refugio seguro
al borde, al límite
de brincar y encontrar
las atrocidades del mundo
o la belleza del autodescubrimiento.
Hay un nudo que cubre y recubre
este sentimiento, que deseando que sea ajeno,
se encuentra clavado en el pecho
buscando un refugio nuevo,
tengo las maletas ya hechas
el corazón empacado, tratando, de no dar un paso atrás.
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