Arrepentimiento

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¿Qué es la vida? Es la pregunta más frecuente a lo largo de la historia. Generación tras generación hemos querido darle respuesta, pero simplemente no la hay. Para algunos hombres representa soledad porque nunca han tenido a la compañera ideal de sus viajes. Algunas mujeres dicen que es placer porque disfrutan mucho el dejarse llevar por lo que sienten cuando están experimentando el paso de los días. Por otro lado, los niños están convencidos de que se trata de felicidad porque cada año los visitan Santa Claus y los Reyes Magos, pero qué pasa cuando no es así para todo el mundo. Las personas ricas son las que afirman que la vida consta de oportunidades para ser feliz. ¿Qué pasa con los demás?

Miles de hombres y mujeres únicamente ansían la hora de morir porque están hartos de  pertenecer a un sistema donde la gente habla de dinero y negocios cuando su verdadero deseo es recibir un pedazo de pan. Solo piden un poco de atención. Al no ocurrir de esta manera, encuentran atractiva la idea de suicidarse y acabar con ese sufrimiento. 

Sé lo que es sufrir y no tiene nada que ver con la pérdida de algún ser querido ni con la desventura de no ser correspondido en alguna relación, lo peor es arrepentirse. Cuando nos arrepentimos de algún error o de una decisión estamos cayendo en nuestra propia red. Miente aquella persona que dice estar bien, aunque sabe que por dentro está agonizando, entonces, ¿para qué estamos vivos?

No le encuentro ningún sentido a la vida, tampoco le encuentro sentido a mis manos porque, aún a mis 26 años, ni siquiera me han servido para amarrar la agujeta de mis zapatos. Si esto es difícil no quiero imaginar lo que siente una mujer que viste con prendas miserables y su única compañía es un estupefaciente. Debo confesar algo. Si alguien me preguntara cuál es ese olor que nunca olvidarás, yo respondería: el olor a tíner que brotaba de su cuerpo. 

Infinidad de personas preferirían un exquisito perfume de jazmín, pero yo soy diferente. Cada ser humano en la tierra es diferente, aunque todos vamos al mismo destino, lo incomparable es nuestra trayectoria. Mientras transcurre el tiempo me doy cuenta de que nada de esto me estaría pasando si no existiera y por eso digo que es mejor arrepentirse de estar vivo pues, lamentablemente, a nadie se le brindará la oportunidad de arrepentirse de estar muerto. 

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