Mismo

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Soy…

¿Qué soy?  

¿Quién soy?

No soy nada, 

no soy nadie…

 

Soy la colilla de cigarro abandonada a media calle,

la basura del tiempo arrastrada a orillas de la ciudad,

sombra que escapa de la profana luminaria,

noche oscura atrapando a la memoria inmortal.

 

Soy la escoria del ayer que increpa al hoy,

un instante perdido entre el muladar de la zozobra,

sangre vieja del óptimo mancebo,

el río seco sobre el que la inmundicia flota. 

 

Soy la lejanía que el espejo olvida sin piedad,

suspiros robados en un aire de desdén,

dilema cóncavo con deseos exhumados,

variedades de ignorancia y escándalo sin comprender.

 

Soy un pedazo de carne podrida en el suelo del mercado,

aciago insulto en la portezuela del W. C.,

carta de amor mojada a la orilla de la banqueta

soportando la irremediable levedad del ser.

 

Soy un fracaso, mentido y disimulado como la gloria plena,

un armario roto y vacío en cuyos surcos descansa el mar,

un hoyo en la tierra donde la desgracia florece,

una vela apagada sin futuro y sin piedad. 

 

Soy un numen mortuorio, quimera de odios conjugados,

desesperanza de cien fuegos, cercenados con fervor,

ancho árbol que decrece y se hunde en depresiones,

baluarte de sufrimientos perdidos en el dolor.

 

Soy el vacío,

el mal, el dolor, el egoísmo puro,

una orla de problemas que a todos lacera,

una burla para la existencia que del mismo se va.

Soy un hueco en el alma imprevista de virtudes,

la culpa pronunciada por la palabra total,

decadencia perpetua que solo implora muerte,

desperdicio de un mundo que jamás volverá.

Soy el rostro vivo y muerto de lo que no vale la pena,

y así

soy la mejor versión de mí. 

 

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