Era una noche lluviosa, las gotas caían como piedras sobre los autos en el tráfico y la espera se hacía eterna por un accidente ocurrido metros más adelante del auto de Evan.
Él había visto el accidente y se notaba impaciente. Sin embargo, las aseguradoras llegaron pronto y el avance lento de su vehículo lo tranquilizó, quería llegar a casa lo antes posible.
Ese día tuvo que salir temprano del trabajo para recoger un paquete, no había un remitente conocido. No hablaba con muchas personas y no tenía familiares que vivieran fuera, por lo que el encargo resultaba sospechoso, pero algo le motivaba a saber de qué se trataba.
Después de un día muy extraño, llegó a su casa, se quitó el cubrebocas y colocó el paquete sobre la mesa de la cocina. Era una caja envuelta con manchas de humedad y un cordón improvisado. Evan sacó un cuchillo para cortar la envoltura y descubrir el interior.
El paquete cubría una caja de música algo desgastada; daba la impresión de que estaba descompuesta. Debajo de ella, había una nota que decía: “Usa la llave, recuerda”. De repente, se fue la luz de su apartamento, quedó en plena oscuridad y sólo se podía escuchar la lluvia golpeando los cristales de su ventana.
El frío empezó a recorrer su cuerpo, sintió que algo empezaba a rodear su cuello y se alejó corriendo hacia su habitación. Súbitamente, recordó la frase escrita en la nota.
Reaccionó y se dirigió al tocador que estaba a lado de su cama, ahí estaba la única llave que llegó a su memoria. Se levantó y regresó a la mesa del comedor, pero antes de que llegara vio a una mujer parada frente a la caja de música. Evan sintió miedo, por primera vez en mucho tiempo.
La mujer pálida, vestida de blanco y cuyo cabello cubría por completo su rostro, empezó a acercarse a Evan. Él suplicaba que no le hiciera daño, pero la mujer únicamente tomó la llave de su mano y regresó para colocarla en la caja de música.
Una melodía agradable salió del aparato, parecía un vals. Fue en ese momento cuando Evan recordó.
Su esposa había fallecido el año pasado y esa caja era el único recuerdo que tenía de ella. Murió por aquella enfermedad que resuena una y otra vez en la televisión, de la que han sido víctimas muchas personas. Él pensaba que la caja había desaparecido en la mudanza, cuando decidió alejarse del lugar que compartieron. Evan había bloqueado todos esos recuerdos, todo ese dolor, o al menos eso creía hasta el día de hoy.
4